Estructura del tarot

El mazo del tarot se compone de 78 cartas divididas en 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores.

El número 78 es triangular, lo cual quiere decir que puede descomponerse en forma de triángulo equilátero distribuyendo 78 unidades en 12 filas, de manera que la primera fila tenga 1 unidad, la segunda 2 unidades, y así hasta llegar a la última fila, de 12 unidades:

78

Esto recuerda al tetraktys, el triángulo formado por diez unidades repartidas en cuatro filas, que era objeto de veneración entre los pitagóricos:

tetraktys

Para los pitagóricos, el número 10 representaba la totalidad del universo, y también es el retorno al 1, la mónada, generadora de todos los números (pues todos los números contienen la unidad), después de los 9 primeros números: 10 = 1+0 = 1. Además, el triángulo demuestra que el número 10 se obtiene de la suma de  los cuatro primeros números enteros: 1+2+3+4 = 10. Estos cuatro primeros números también eran muy importantes para ellos:

  • El 1 representa el punto, el germen de donde nace todo el Universo, el ser inmanifestado.
  • El 2 es la línea, y con él surge la dualidad masculino-femenino.
  • El 3 es la bidimensionalidad (el plano) y representa la armonía de la naturaleza y la división entre cielo, tierra e infierno.
  • El 4 es la tridimensionalidad (el espacio) y representa los cuatro elementos y el cosmos.

También se ha querido ver una relación entre la tetraktys y el Árbol de la Vida cabalístico, que va más allá de la simple coincidencia entre el número 10 y el número de sefirot que componen el árbol.

Para los cabalistas, el punto representa a Kether, la línea a Chokmah, el plano a Binah y el espacio a Chesed.

Además, se puede hacer un tetraktys con las letras del tetragrámaton, el nombre de Dios:

tetraktyscabala

Recordemos que las letras del alefato tienen asignado un número cada una: Iod vale 10, Hei vale 5 y Vau vale 6. Si sumamos el valor de las letras del tetragrámaton, obtenemos 26, que es el número que representa a Dios. Pero si sumamos el valor de todas las letras del tetraktys, obtenemos 72, y 72 son los nombres de Dios en la cábala, cada uno con un atributo distinto, los cuales se invocan con distintos propósitos.

Volvamos al 78, que es el número de Arcanos del tarot. 78 se puede descomponer en 7+8= 15. El 15 también es un número triangular, y en él se puede situar el tetragrámaton de la siguiente manera:

15

Es decir, colocamos cada letra dentro de cada triángulo que se forma con la unión de los puntos de las cinco filas, dejando libres los 6 triángulos interpuestos. Esto relaciona el 15 con el 10, pues cada triángulo ocupado por una letra se puede considerar un punto del tetraktys. Sin embargo, si sumamos todos los triángulos, veremos algo sorprendente; hay 16 triángulos pequeños, 6 triángulos formados por la unión de 4 triángulos pequeños, 3 triángulos formados por la unión de 9 pequeños, y el triángulo grande que forman todos juntos: 26 triángulos en total, número divino que suma el tetragrámaton.

O sea, que el 15 triangular está relacionado con el 10, número divino de los pitagóricos; con el 26, número divino cabalístico; y con el 78, ya que 7+8 = 15, siendo 78 el número de Arcanos del tarot. Esto quiere decir que el tarot contiene a Dios.

El 78 triangular también está relacionado con el 12, pues las 78 unidades se distribuyen en 12 filas. El 12 es un número muy importante en la historia de la humanidad, y se le puede encontrar repetidamente en las culturas mediterráneas: 12 buitres permitieron a Rómulo gobernar Roma, 12 eran los dioses griegos y romanos más importantes, 12 fueron los trabajos de Hércules y 12 fueron los apóstoles, por nombrar solo los doces más significativos. Pero también en la medición del tiempo y el espacio es un número importante: 12 meses tiene el año, y el día completo 24 horas que se pueden dividir en 12 horas de día y 12 de noche; 12 son los signos del zodíaco, que recorren el cielo hasta completar una vuelta completa. Por tanto, el 12 tiene sentido de ciclo completo.

Así pues, podríamos decir que los 78 Arcanos del tarot contienen el universo entero y, además, representan un ciclo completo, ya sea en la vida del hombre o en el propio universo.

Como dijimos, el tarot se divide en 22 Arcanos mayores y 56 Arcanos menores. El número 56 se puede convertir en 11 si sumamos sus dígitos (5+6 = 11). Así, tenemos 22 y 11, dos números de vital importancia en numerología, llamados números maestros, y que juntos suman 33, otro número maestro.

El 22 es un número muy importante en la cábala, pues 22 son las letras del alefato y 22 los senderos que unen las sefirot del Árbol de la Vida. A cada Arcano mayor le corresponde una letra y un sendero; por tanto, los Arcanos mayores son una representación del camino de elevación espiritual.

Por otra parte, el número 11 hace referencia a las sefirot del Árbol de la Vida, si tenemos en cuenta la sefira invisible, Daat. Por tanto, los Arcanos menores representan los distintos estados de conciencia, y a su vez también representan por sí solos toda la obra divina, ya que 56 es igual a 7x8, y 78 es el total de las cartas del tarot.

A su vez, de los 56 Arcanos menores se pueden distinguir las llamadas figuras de la corte, que son 16 cartas, quedando entonces dividos en 16 y 40 cartas. Las 40 cartas representan las 10 sefirot en cada uno de los cuatro mundos o planos (Atziluth, Briah, Yetzirah y Assiah), mientras que las 16 figuras de la corte representan las energías propias de cada mundo (fuego, aire, agua y tierra) en cada uno de los mundos.

A nivel práctico, podríamos decir que los Arcanos mayores representan conceptos arquetípicos. Esto puede comprobarse al intentar encajar en ellos los principios astrológicos, pues a cada Arcano mayor se le asigna tradicionalmente un signo del zodíaco (que son 12) o un planeta (10), sumando todos ellos 22; y también los alquímicos, pues de la misma manera se les puede asignar un elemento (exceptuando la tierra), un metal (de los 7 que hay) o un proceso (12), sumando de nuevo 22. Por tanto, los Arcanos mayores son cartas que tienen una importancia especial en las tiradas, ya que ejercen influencia sobre las demás cartas, dándoles un tono acorde con su significado. Son como los colores primarios en la paleta del pintor.

En cambio, los Arcanos menores muestran situaciones de la vida cotidiana y experiencias vitales más concretas que los arquetipos de los Arcanos mayores, y también guardan correspondencias con los principios astrológicos y alquímicos, como veremos en su momento.

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